jueves, 5 de diciembre de 2013

SÓLO DIOS

 Sólo Dios puede dar fe...

 Pero tú puedes dar tu testimonio.

 

 Sólo Dios puede dar la esperanza...

 Pero tú puedes devolverla a tu hermano.

 

 Sólo Dios puede dar el amor...

 Pero tú puedes enseñar a amar.

 

 Sólo Dios puede dar la paz...

 Pero tú puedes sembrar unión.

 

 Sólo Dios puede dar la fuerza...

 Pero tú puedes animar al desanimado.

 

 Sólo Dios es el camino...

 Pero tú puedes señalarlo a otros.

 

 Sólo Dios es la luz...

 Pero tú puedes hacer que brille a los ojos de todos.

 

 Sólo Dios es la vida...

 Pero tú puedes hacer que florezca el deseo de vivir.

 

 Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible...

 Pero tú puedes hacer lo posible.

 

 Sólo Dios se basta a sí mismo...

 Pero prefiere contar contigo.





 
 
 

martes, 19 de noviembre de 2013


LAS MANOS MÁS HERMOSAS

 

Una leyenda cuenta que hace mucho tiempo vivían en un palacio real tres hermosas damas. Una mañana, mientras paseaban por el maravilloso jardín con sus fuentes y rosales, empezaron a preguntarse cuál de las tres tenía las manos más hermosas. Elena, que se había teñido los dedos mientras sacaba las deliciosas fresas, pensaba que las suyas eran las más hermosas.

 

Antonieta había estado entre las rosas fragantes y sus manos habían quedado impregnadas de perfume. Para ella las suyas eran las más hermosas. Juana había metido los dedos en el claro arroyo y las gotas de agua daban resplandores como si fueran diamantes. Ella pensaba que sus manos eran las más hermosas.

 

 En esos momentos, llegó una muchacha menesterosa que pidió que le dieran una limosna, pero las damas reales apartaron de ella sus vestiduras reales y se alejaron. La mendiga, pasó a una cabaña que se hallaba cerca de allí y una mujer tostada por el sol y con las manos manchadas por el trabajo, le dio pan. La mendiga, continúa diciendo la leyenda, se transformó en un ángel que apareció en la puerta del jardín y dijo:
 Las manos más hermosas son aquellas que están dispuestas a bendecir y ayudar a sus semejantes. 

  

domingo, 3 de noviembre de 2013

 
 
Las metas.
 
Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola rectificación, ni alcanzar altura con un solo vuelo. Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces.
 
Nadie recoge cosecha sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra. Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se meten en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega a puerto sin remar muchas veces.
 
Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas. Nadie hace obras sin martillas sobre su edificio, ni cultiva amistad sin renunciar a sí mismo. Nadie llega a la otra orilla sin haber hecho puentes para cruzar. Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario de la vida.
 
Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad. Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible. Nadie conoce la oportunidad hasta que esta pasa por un lado y deja ir. Nadie encuentra el pozo del placer hasta caminar por la sed del desierto.
 
Pero nadie deja de llegar, cuando se tiene la claridad del don, el crecimiento de la voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de sí mismo. Nadie deja de arder con fuego dentro sin antes saber lo que es el calor de la amistad. Nadie deja de llegar cuando de verdad se lo propone.
 
Si sacas todo lo que tienes y confías en ti, esfuérzate, ¡porque lo vas a lograr!

 

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Vocación de amor y para el amor


Siempre que haya un vacío en tu vida,  llénalo de amor.

En cuanto sepas que tienes delante de ti un tiempo baldío,

ve a buscar el amor.

No pienses: "sufriré". No pienses: "me engañarán".

No pienses: "dudaré".

Ve simplemente, regocijadamente

en busca del amor. Ama como puedas...

Pero ama siempre.

No te preocupes por la finalidad de tu amor.

él lleva en sí mismo su propia finalidad.

No le juzgues incompleto si no responde

a tus ternuras: el amor lleva en sí

su propia plenitud.

Siempre que haya

un vacío en tu vida, llénalo de amor.

 

Amado Nervo

miércoles, 31 de julio de 2013

TODOS TENEMOS GRIETAS
Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón. Pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque, debido a mis grietas, sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir".
El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa, quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino".

Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del camino; pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.


El aguador le dijo entonces: "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen de tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas, y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo de todo el camino por donde vas, y todos los días las has regado, y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza"

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados...
 

miércoles, 12 de junio de 2013

TODOS TENEMOS GRIETAS
Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón. Pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque, debido a mis grietas, sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir".
El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa, quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino".

Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del camino; pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.


El aguador le dijo entonces: "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen de tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas, y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo de todo el camino por donde vas, y todos los días las has regado, y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza"

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados...

martes, 7 de mayo de 2013

 

EL HALLAZGO
Dice Jesús: “El Reino: es semejante a un tesoro escondido en el campo que, al encontrarlo un hombre, lo vuelve  a esconder y por la alegría que le da, va. Vende todo lo que tiene y compra aquel tesoro”
Piensa ¿Cuál es tu tesoro?
Yo poseo un tesoro que es lo qué más estimo en la vida. Revivo los hechos que me permitieron descubrirlo…
Pienso en la historia de mi vida desde que hallé dicho tesoro… lo que este ha hecho…lo que se ha significado para mí…
Me pongo frente a dicho tesoro (Dios, Jesucristo, una convicción, un valor, un ideal, una persona, una tarea, una misión…) y digo: “De todo cuanto poseo, tú eres lo que más quiero”.
Y veo lo que me ocurre cuando pronuncio estas palabras…
Pienso en lo mucho que con gusto haría…o daría... (tal vez hasta la propia vida) para conservar ese tesoro.
Y si no es así de importante, lo reconozco con tristeza… y espero que llegue un día en el que habré de hallar un tesoro por el que esté dispuest@ a renunciar a todo con absoluta alegría…
Yo soy un tesoro…
Algún día, en algún lugar, alguien me descubrió. No tendría yo conciencia de mi valor si alguien no me hubiera descubierto.
Recuerdo y revivo los detalles del hallazgo…
Soy un tesoro polifacético, había muchas cosas ocultas en mí que diferentes personas sacaron a la luz y me las revelaron.
Las examino todas ellas gozosamente… y recuerdo con agradecimiento a las personas que las desvelaron...
Por último, me pongo delante del Señor y, para mi sorpresa, descubro que Él me considera un tesoro… veo reflejadas en sus ojos las múltiples facetas hermosas que solo Él podría haber observado en mi… y descanso en el amor que Él me da…
¿Qué tal, lo hallaste o te hallo?


 

miércoles, 1 de mayo de 2013


 

EL VASO DE LECHE


Un día, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar su escuela, encontró que sólo le quedaba una simple moneda de diez centavos, y tenía hambre.
Decidió que pediría comida en la próxima casa.
Sin embargo, sus nervios lo traicionaron cuando una encantadora mujer joven le abrió la puerta. En lugar de comida pidió un vaso de agua.
Ella pensó que el joven parecía hambriento, así que le trajo un gran vaso de leche.
Él lo bebió despacio, y entonces le preguntó, “¿Cuánto le debo?
“No me debes nada,” contestó ella. “Mi madre siempre nos ha enseñado a jamás aceptar un pago por una caridad”.
Él dijo, “Entonces, te lo agradezco de todo corazón.”
Cuando Howard Kelly se fue de la casa, no sólo se sintió físicamente más fuerte, sino que también su fe en Dios y en los hombres era más fuerte.
Había estado listo a rendirse y dejar todo.
Años después esa joven mujer enfermó gravemente. Los doctores locales estaban confundidos y no encontraban la razón de su mal.
Finalmente la enviaron a la gran ciudad, donde llamaron a especialistas para estudiar su rara enfermedad.
Se llamó al Dr. Howard Kelly para consultarle.
Cuando oyó el nombre del pueblo de donde ella vino, una extraña luz llenó sus ojos.
Inmediatamente subió del vestíbulo del hospital a su cuarto. Vestido con su bata de doctor entró a verla. La reconoció en seguida.
Regresó al cuarto de observación determinado a hacer lo mejor para salvar su vida.
Desde ese día prestó atención especial al caso y después de una larga lucha, ganó la batalla.
Finalmente, el Dr. Kelly pidió a la oficina de administración del hospital que le enviaran la factura total de los gastos para aprobarla.
La revisó, escribió algo en el borde, y envió la factura al cuarto de la paciente.
Ella temía abrirla, porque sabía que le tomaría el resto de su vida para pagar todos los gastos… Pero al fin la abrió, y algo llamó su atención en el borde de la factura.
Leyó estas palabras… “Pagado por completo hace muchos años con un vaso de leche – (firmado) Dr. Howard Kelly”.
Lágrimas de alegría inundaron sus ojos y su feliz corazón oró así: “Gracias, Dios porque Tu Amor se ha manifestado en las manos y los corazones humanos.”
 




 

miércoles, 3 de abril de 2013


 

PROPÓSITOS DE DIOS

Había una vez un campesino chino, pobre pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo.
Un día el hijo le dijo: Padre, que desgracia! Se nos ha ido el caballo. ¿Por qué le llamas desgracia? respondió el padre, veremos lo que trae el tiempo...
A los pocos días el caballo regreso, acompañado de otro caballo. ¡Padre, que suerte! exclamo esta vez el muchacho. Nuestro caballo ha traído otro caballo. -¿Por qué le llamas suerte? - repuso el padre - Veamos que nos trae el tiempo.
En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y este, no acostumbrado al jinete, se encabrito y lo arrojo al suelo. El muchacho se quebró una pierna. -Padre, que desgracia! - exclamo ahora el muchacho -. Me he quebrado la pierna! Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentencio: -Por que le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo!
El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que gimoteaba en su cama.
Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo. El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es malo o bueno.
Lo mejor es esperar, pero sobre todo confiar en DIOS, porque todo sucede con un propósito positivo para nuestras vidas de acuerdo a su plan infinito..... Gloria a Dios!!!





 

martes, 26 de febrero de 2013



EL SUEÑO DE DIOS”
Un joven se encontró un día delante de una tienda cuyo rótulo decía: "SE VENDEN SUEÑOS".
Lleno de curiosidad, sin pensarlo dos veces, entró en la tienda. Acaso ¿no entrarías tú?
Vaya desilusión. La tienda estaba vacía, ni mostrador ni cajas ni estanterías… Nada de nada. Estaba a punto de marcharse cuando por arte de los sueños, apareció una anciana que le preguntó: ¿desea algo?
Hola. No, no. O sí, bueno, no sé… Es que he leído lo que ponía en el escaparate, pero veo que andan de remodelación.
No, no -le sonríe la anciana- es que los sueños los tenemos en el interior. No están quietos, apenas alguien abre la puerta y ya quieren echar a volar. Le voy a mostrar los tipos de sueños que tenemos a ver si le gusta alguno y se lo lleva.
En esta bolsa tengo medio kilo de sueños con jaqueca. Sí, no pongas esa cara, la gente me los quita de las manos. Estos sueños son los de: una borrachera, un revolcón, un de fin de semana… Y sueñan y sueñan pero cuando despiertan tienen un dolor de cabeza que no se tienen.
En esta bolsa hay un kilo y medio de sueños con agallas. Éstos los compran los chicos buenos pero al final estos sueños revolucionarios se reducen a poca cosa, una moto o la última moda del mercado.
En esta bolsa hay dos kilos de sueños Light, sueños sin azúcar, sin conservantes pero también sin locura, sin juventud, sin vida.
Finalmente esta última bolsa contiene tres kilos de sueños marineros. Los que compran estos sueños se pasan la vida navegando por la red, sin levantarse de la silla y sin despegar la vista del ordenador. Tengo otros muchos pero…
¿Y cuál es el sueño más grande que tiene, aquel que usted considere más importante?, le preguntó el joven.
¿El sueño más grande? No creo que le interese, pero se lo voy a decir: el sueño más grande es el sueño de Dios.
¿Qué me dice? ¿Y cómo es? ¿Cuánto pesa? ¿Me lo podría mostrar?
La anciana se le acerca y le dice al oído, el sueño de Dios debe pesar unos 80 kilos.
Qué casualidad, dice el joven, lo mismo que yo.
¿En serio? -sonríe la anciana-. A ver, ¡sí! es que el sueño de Dios es precisamente usted…

Y tú, abre bien los ojos que estamos a punto de cerrar la tienda.
¿O acaso alguno de ustedes quiere adquirir el sueño de Dios?





 

miércoles, 13 de febrero de 2013

 ¿Qué buscas?      ¡La piedra preciosa!

El «hombre-de-Dios» había llegado a las afueras de la aldea y acampó bajo un árbol para pasar la noche. De pronto llego corriendo hasta él un habitante de la aldea y le dijo:
-La piedra, ¡La piedra!, dame la piedra preciosa.
-¿Qué piedra?- pregunto el «hombre-de-Dios»
-La otra noche se me apareció en sueños el Señor - dijo el aldeano- y me aseguro que si venia al anochecer a las afueras de la aldea, encontraría a un «hombre-de-Dios» que me daría una piedra preciosa que me haría rico para siempre.   
El «hombre-de-Dios» rebusco en su bolsa y extrajo un diamante.
-Probablemente se refería a esto.
Y entrego el diamante al aldeano.
-Lo encontré en el sendero del bosque hace unos días, puedes quedarte con él.
El hombre se quedó mirando el diamante con asombro. Y comento:
-¡Es un diamante!¡Tal vez, el mayor del mundo, pues es tan grande como la mano de un hombre! Lo cogió y se marchó.
Paso la noche dando vueltas en la cama. Era incapaz de dormir. La libertad de aquel «hombre- de-Dios» le había hecho dudar de sus certezas.
Al día siguiente, al amanecer, fue a despertar al «hombre-de-Dios» que dormía tranquilo, y le dijo:
-Dame la “riqueza” que te permite desprenderte con tanta facilidad de este diamante.

¿Cuál crees que sea esa riqueza?

 





 

martes, 5 de febrero de 2013


 

LA TIENDA DEL CIELO
Hace mucho tiempo caminaba por el sendero de la vida y encontré un letrero que decía "La Tienda del Cielo", me acerqué y la puerta se abrió lentamente, cuándo me di cuenta, ya estaba adentro.
Vi muchos seres queridos parados en todas partes. Uno de ellos me entregó una canasta y me dijo... Ten, compra con cuidado, todo lo que necesitas está en esta tienda.
Primero compre PACIENCIA y TOLERANCIA. El AMOR estaba en la misma fila y tomé de él, más abajo había COMPRENSIÓN que se necesita por donde uno vaya.
Compre dos cajas de SABIDURÍA y dos bolsas de FE. Me encantó el empaque del PERDÓN. Me detuve a comprar FUERZA y CORAJE para ayudarme en esta carrera que es la vida, ya tenía casi lista la canasta cuando recordé que necesitaba GRACIAS y SONRISAS, y que no podía olvidar la SALVACIÓN que la ofrecían gratis. Entonces tome bastante para ayudarme y ayudar a otros.
Caminé hasta el cajero para pagar la cuenta pues creí que tenía todo lo que necesitaba, pero cuando iba a llegar vi la ORACIÓN y la puse en mi canasta.
La PAZ y la FELICIDAD estaban en los estantes pequeños al lado de la caja y aproveché para tomarlas. La ALEGRÍA colgaba del techo y arranqué una para mi. Llegué al cajero y le pregunte ¿Cuánto le debo?
EL sonrío y me contestó, lleva tu canasta donde vayas.
Si, pero ¿Cuánto le debo?
El otra vez sonrió y dijo:
"No te preocupes, tu deuda  la pago Jesús hace mucho tiempo, ocúpate de lo que llevas, agradécelo y compártelo".
 




 

miércoles, 16 de enero de 2013

 
EL ALPINISTA
"Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inicio su travesía, después de años de preparación, pero quería la gloria para el solo, por lo tanto subió sin compañeros.

Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo decidido a llegar a la cima. Le oscureció, la noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada.

Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas eran cubiertas por las nubes.

Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... caía a una velocidad vertiginosa, solo podía ver veloces manchas cada vez más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.

Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos, de repente sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos... ¡SI!, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.

En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar:

"AYUDAME DIOS MIO..."

De repente una voz grave y profunda de los cielos le contesto:

- "¿QUE QUIERES QUE HAGA HIJO MIO?"
- "Sálvame Dios mío"
- "¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?"
- "Por supuesto Señor"
- "ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..."

Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...

Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda... A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...




 

 
Tocaron a mi puerta
Tocaron a mi puerta. Y sentí ganas de abrir. Al principio no sabía de que se trataba... pero un calor dentro mío junto con una paz infinita me decía que ya era hora de abrir mi corazón a esa persona la cual estaba esperando ser atendida. ¡Y dije si! mucho no entendí ni todavía entiendo, pero ahí estabas mi Señor. Esperando que mi alma respondiera a tu llamado. Y me diste la gracia de responderte y entregarme para emprender juntos este camino al cual hoy me convocas.

Desde ese momento fue reconocer que caminaba ante Aquel que reconozco del Todo.

De eso se trata cuando Jesús toca a la puerta de cada uno, abrir nuestro corazón hacia El totalmente dispuestos a entregarnos por completo. Hay mucho de renuncia en esta entrega y cuesta sangre muchas veces. Pero este camino ¡VALE LA PENA! El seguirlo a Jesús me dio la felicidad que siempre esperé, que siempre buscó mi corazón. Y no importa lo que tenga que dejar o renunciar, el amor de EL está por delante de todo. Y se que El siempre está de mi mano aún sabiendo que vendrán tiempos de prueba, de soledad en mi oración. Con su amor todo tiene un sentido, un mirar diferente que me hará seguir adelante sin mirar hacia atrás.
Autor: Miranda Gómez Riera