"PARABOLA DEL
REY"
Iba yo pidiendo, de
puerta en puerta por el camino de la aldea, cuando tu carro de oro apareció a
lo lejos como un sueño magnífico. Y yo me preguntaba, maravillado, quién sería
aquel Rey de Reyes. Mis esperanzas volaron hasta el cielo, y pensé que mis días
malos se habían acabado. Y me quedé aguardando limosnas espontáneas, tesoros
derramados por el polvo.
La carroza se paró a
mi lado. Me miraste y bajaste sonriendo. Sentí que la felicidad de la vida me
había llegado al fin. Y de pronto, tú me tendiste tu diestra diciéndome:
"¿puedes darme alguna cosa?".
¡Ah, qué ocurrencia de tu realeza! ¡Pedirle a un mendigo! Yo estaba
confuso y no sabía qué hacer. Luego saqué despacio de mi saco un granito de
trigo y te lo di. Pero qué sorpresa la mía cuando, al vaciar por la tarde mi saco
en el suelo, encontré un granito de oro en la miseria del montón. ¡Qué amargamente
lloré de no haber tenido corazón para dárteme todo!.
Tagore
Para meditar
Qué espera Dios de
mí? —¿Cómo me habla Dios?
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